Los telómeros son las tapas protectoras que se encuentran en los extremos de nuestro cromosomas. Se componen de repetitivos. secuencias de ADN y proteínas que ayudan a mantener la estabilidad cromosómica y proteger el material genético del deterioro. Los telómeros se acortan con cada división celular, lo que eventualmente conduce a la muerte celular o senescencia. Investigaciones recientes han sugerido que la longitud de los telómeros puede desempeñar un papel en el desarrollo de varias enfermedades, incluido el autismo.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por una interacción social deteriorada, dificultades de comunicación y comportamientos repetitivos. La causa exacta del autismo no se comprende completamente, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. Recientemente, los investigadores han centrado su atención en el papel de los telómeros en el desarrollo del autismo.

¿Cuál es la relación entre los telómeros acortados y el autismo?

Varios estudios han encontrado que las personas con autismo tienen telómeros más cortos que las personas con un desarrollo típico. Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) en 2013 encontró que los niños con autismo tenían telómeros significativamente más cortos que los niños con un desarrollo normal. Otro estudio publicado en Molecular Autism en 2016 encontró que tanto los niños como los adultos con autismo tenían telómeros más cortos que los controles.

Entonces, ¿qué significa esto para el desarrollo del autismo?

Una posibilidad es que Los telómeros acortados pueden contribuir al estrés oxidativo. e inflamación que se observan con frecuencia en personas con autismo. El estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y la capacidad del cuerpo para desintoxicarlas. Las ROS pueden dañar el ADN, las proteínas y los lípidos, provocando disfunción celular e incluso muerte celular. La inflamación es una respuesta natural a una lesión o infección, pero la inflamación crónica puede contribuir a una serie de enfermedades, incluido el autismo.

Telómeros acortados También puede afectar el funcionamiento de las células inmunes, que han sido implicadas en el desarrollo del autismo.

Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Neuroinflammation en 2018 encontró que los niños con autismo tenían niveles más altos de citocinas proinflamatorias que los controles. Las citoquinas son moléculas de señalización que ayudan a regular la respuesta inmune. Los telómeros acortados pueden afectar el funcionamiento de las células inmunitarias, lo que provoca una desregulación del sistema inmunológico y un aumento de la inflamación.

Factores que pueden contribuir al acortamiento de los telómeros

Hay varios factores que pueden contribuir a una longitud de los telómeros más corta. Al comprender estos factores, podemos tomar medidas para promover un envejecimiento saludable y reducir potencialmente el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como el autismo. Éstas incluyen:

Estrés

El estrés crónico se ha relacionado con el acortamiento de los telómeros, ya que puede provocar inflamación y daño oxidativo a las células.

Malas opciones de alimentación y estilo de vida

Una dieta rica en alimentos procesados y azúcar, así como fumar y la falta de ejercicio, se han asociado con telómeros más cortos.

Toxinas ambientales

Se ha demostrado que la exposición a contaminantes como pesticidas, metales pesados y la contaminación del aire causa daño celular y aumenta el estrés oxidativo, lo que puede contribuir al acortamiento de los telómeros.

Genética

Ciertas mutaciones genéticas se han relacionado con telómeros más cortos, mientras que otras se han asociado con telómeros más largos. Sin embargo, es importante señalar que la genética por sí sola no puede explicar la amplia gama de longitudes de telómeros observada en la población.

Factores externos/ambientales

Si bien la longitud de los telómeros es altamente hereditaria, factores externos como el tabaquismo y el estrés psicológico también pueden afectarla. De hecho, un estudio de 2004 encontró que las mujeres que cuidan a niños con enfermedades crónicas, incluido el autismo, y que reportan altos niveles de estrés tenían telómeros truncados.

La relación entre la longitud de los telómeros y el autismo es un área de investigación en curso. Se han observado telómeros acortados en personas con autismo, pero aún no se comprende completamente la causa exacta. Es posible que una combinación de factores genéticos y ambientales contribuya al acortamiento de los telómeros en personas con autismo y sus familiares.

Se necesitan más investigaciones para determinar si la longitud de los telómeros puede usarse como biomarcador del autismo y si las intervenciones destinadas a promover una longitud saludable de los telómeros podrían ser beneficiosas para las personas con este trastorno. Al comprender la compleja relación entre los telómeros y el autismo, podremos identificar nuevas vías para desarrollar estrategias de diagnóstico y tratamiento más efectivas para este complejo trastorno.

Los fundamentos genéticos de la longitud de los telómeros y el autismo

Si bien la relación entre la longitud de los telómeros y el autismo es cada vez más clara, los mecanismos genéticos subyacentes aún se están explorando. Se han identificado varios genes que pueden estar implicados tanto en el mantenimiento de los telómeros como en el autismo.

Uno de esos genes es TERT, que codifica una enzima llamada telomerasa que ayuda a mantener la longitud de los telómeros. Los estudios han demostrado que las mutaciones en el gen TERT pueden provocar telómeros acortados y están asociadas con una serie de enfermedades, incluidos algunos trastornos del desarrollo neurológico.

"Un estudio publicado en el Journal of Medical Genetics en 2017 encontró que las personas con autismo tenían más probabilidades de portar variantes raras en el gen TERT que los controles".

Otro gen que se ha implicado tanto en la longitud de los telómeros como en el autismo es SHANK3. SHANK3 participa en el desarrollo y funcionamiento de las sinapsis, que son fundamentales para la comunicación entre neuronas. Las mutaciones en el gen SHANK3 se han relacionado con un subtipo de autismo conocido como síndrome de Phelan-McDermid (SPM), que se caracteriza por discapacidad intelectual, retraso en el habla y déficits sociales. Un estudio publicado en Molecular Autism en 2018 encontró que las personas con síndrome premenstrual tenían telómeros más cortos que los controles.

Estos hallazgos sugieren que puede haber vías genéticas compartidas involucrado tanto en el mantenimiento de los telómeros como en trastornos del desarrollo neurológico como el autismo. Una mayor investigación sobre estos genes podría ayudar a arrojar luz sobre las causas subyacentes de estas afecciones y potencialmente conducir a nuevos tratamientos o terapias.

El impacto de la longitud de los telómeros en la gravedad del autismo

Si bien las investigaciones han demostrado que Las personas con autismo tienden a tener telómeros más cortos. que los individuos con un desarrollo típico, aún queda mucho por aprender sobre las implicaciones de esta relación. Un área que los investigadores han comenzado a explorar es el impacto potencial de la longitud de los telómeros en la gravedad de los síntomas del autismo.

Algunos estudios sugieren que telómeros acortados puede estar relacionado con síntomas de autismo más graves. Por ejemplo, un estudio publicado en Molecular Autism en 2017 encontró que los niños con autismo que tenían telómeros más cortos también tenían déficits de comunicación social más graves que aquellos con telómeros más largos. Otro estudio publicado en Frontiers in Psychiatry en 2018 encontró que los telómeros más cortos se asociaban con mayores conductas repetitivas e intereses restringidos en niños con autismo.

Estos hallazgos sugieren que la longitud de los telómeros podría ser un factor importante para determinar la gravedad de los síntomas del autismo. Sin embargo, es importante señalar que estos estudios aún son preliminares y se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre los telómeros y la gravedad del autismo.

Si investigaciones futuras confirman esta relación, podría tener implicaciones importantes para el desarrollo de nuevos tratamientos para el autismo.

Por ejemplo, las terapias destinadas a ralentizar o revertir el acortamiento de los telómeros podrían ayudar a aliviar algunos de los síntomas asociados con el trastorno. Además, identificar individuos con telómeros más cortos desde el principio podría permitir una intervención y un tratamiento más tempranos, lo que podría conducir a mejores resultados para las personas con autismo.

Impacto de las circunstancias adversas y el autismo en la longitud de los telómeros

En 2012, un estudio realizado por Nelson y sus colegas encontró que los niños criados en orfanatos rumanos tenían telómeros más cortos. Este resultado sugiere que crecer en circunstancias adversas puede tener un efecto biológico en los individuos. A partir de esta investigación, Nelson y su equipo querían investigar si la longitud de los telómeros está alterada en familias con hermanos con autismo. Sospechaban que crecer con un hermano con autismo podría ser estresante y afectar la longitud de los telómeros.

El equipo analizó muestras de ADN de 28 hermanitos y 35 bebés sin antecedentes familiares de autismo. Descubrieron que los telómeros son aproximadamente 20% más pequeños en promedio en familias con un niño con autismo que en aquellas que no lo tienen. Las gorras acortadas se observaron no sólo en niños con autismo sino también en sus madres y hermanos pequeños. Los padres de niños con autismo también parecen tener límites cromosómicos más cortos, aunque la diferencia no es estadísticamente significativa.

Estos hallazgos se alinean con un estudio anterior publicado en 2014 que muestra que los niños con autismo tienen telómeros más cortos que sus compañeros con un desarrollo típico.

Si bien estos resultados sugieren una correlación entre tener telómeros achaparrados y tener un hermano diagnosticado con autismo, varios genetistas independientes señalan que las diferencias entre grupos son pequeñas y deben replicarse en muestras de familias más grandes.

Si futuros estudios confirman la reducción de la longitud de los telómeros entre las personas que viven en familias afectadas por el autismo, sería interesante saber por qué ocurre esto. Una posible explicación es el estrés psicológico, ya que las investigaciones indican que las familias que crían niños con necesidades especiales experimentan más estrés que aquellas que crían niños típicos. La genética también puede desempeñar un papel, ya que algunas variantes genéticas relacionadas con el autismo regulan la estructura del ADN y los procesos de reparación esenciales para el funcionamiento adecuado de los telómeros. Otra investigación ha demostrado que el estrés oxidativo puede contribuir a erosionar los telómeros, ya que las personas diagnosticadas con autismo parecen tener mayores niveles de estrés oxidativo.

Cualquiera que sea la causa de la reducción de la longitud de los telómeros, tener telómeros más cortos podría poner a las personas en mayor riesgo de padecer afecciones de salud asociadas con la rápida contracción de los telómeros, como enfermedades cardíacas. Por lo tanto, es importante considerar no sólo los síntomas del autismo sino también la salud general de las personas y familias afectadas por el trastorno.

Limitaciones de la investigación sobre telómeros y autismo

El Relación entre la longitud de los telómeros y el autismo. Es un área de creciente interés, pero la investigación en este campo aún se encuentra en sus primeras etapas. Los estudios actuales tienen varias limitaciones que deben abordarse antes de poder sacar conclusiones definitivas. Estas limitaciones incluyen:

1. Limitaciones de los tamaños de muestra pequeños

En muchos estudios se utilizan muestras pequeñas, lo que dificulta sacar conclusiones amplias sobre la relación entre la longitud de los telómeros y el autismo.

2. Falta de estudios longitudinales

Falta de estudios longitudinales que sigan a los individuos a lo largo del tiempo, que proporcionen una mejor comprensión de cómo cambia la longitud de los telómeros a lo largo del desarrollo y si estos cambios están relacionados con la aparición o la gravedad de los síntomas del autismo.

3. Centrarse en los niños con autismo

Muchos estudios se centran en niños con autismo, y mucha menos investigación en adultos con este trastorno, aunque el acortamiento de los telómeros puede continuar durante la edad adulta y podría contribuir a problemas de salud relacionados con la edad.

A pesar de estas limitaciones, la investigación sobre los telómeros y el autismo ha proporcionado información valiosa sobre los mecanismos biológicos subyacentes de este complejo trastorno. A medida que se realicen estudios más amplios y rigurosos con el tiempo, comprenderemos mejor cómo los telómeros contribuyen al desarrollo y la progresión del autismo y cómo se puede aplicar este conocimiento para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las personas afectadas por esta afección.

La relación entre la longitud de los telómeros y otros trastornos del desarrollo neurológico

Si bien gran parte de la investigación sobre los telómeros se ha centrado en su relación con el autismo, también existe un interés creciente en explorar el papel de los telómeros en otros trastornos del desarrollo neurológico. Por ejemplo, los estudios han sugerido que la longitud de los telómeros también puede estar relacionada con afecciones como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Un estudio publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry en 2016 encontró que los niños con TDAH tenían telómeros significativamente más cortos que los niños con un desarrollo normal. El estudio también encontró que los telómeros más cortos se asociaban con una mayor gravedad de los síntomas del TDAH, incluidas la hiperactividad y la impulsividad.

De manera similar, un estudio publicado en Neuropsychopharmacology en 2017 encontró que las personas con TOC tenían telómeros más cortos que los controles. El estudio también encontró que los telómeros más cortos se asociaban con una mayor gravedad de los síntomas del TOC, incluidas las obsesiones y compulsiones.

Estos hallazgos sugieren que los telómeros acortados pueden ser una característica común entre diferentes trastornos del desarrollo neurológico, lo que podría contribuir al estrés oxidativo, la inflamación y la disfunción inmune. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre la longitud de los telómeros y estas otras condiciones.

Comprender el papel de los telómeros en el TDAH y el TOC podría tener implicaciones importantes para el diagnóstico y el tratamiento. Por ejemplo, las terapias destinadas a preservar o restaurar la longitud de los telómeros podrían ayudar a aliviar algunos de los síntomas asociados con estos trastornos. Además, identificar a las personas con telómeros más cortos desde el principio podría permitir una intervención y un tratamiento más tempranos, lo que podría conducir a mejores resultados para los afectados por estas afecciones.

Cómo evitar que se acorte la longitud de los telómeros

Si bien gran parte de la investigación sobre los telómeros y el autismo se ha centrado en factores genéticos, estudios recientes han sugerido que las intervenciones en el estilo de vida, como el ejercicio y la dieta, también pueden desempeñar un papel en el mantenimiento de la longitud de los telómeros.

Un estudio publicado en Frontiers in Psychiatry en 2019 encontró que los niños con autismo que realizaban actividad física regular tenían telómeros más largos que aquellos que eran más sedentarios. El estudio también encontró que una mayor actividad física se asociaba con una mejor función cognitiva y una reducción de los síntomas de ansiedad.

De manera similar, un estudio publicado en Molecular Nutrition & Food Research en 2018 encontró que una dieta rica en frutas y verduras se asociaba con telómeros más largos en adultos. El estudio también encontró que las personas que consumían más alimentos procesados tenían telómeros más cortos.

Estos hallazgos sugieren que Las intervenciones en el estilo de vida podrían ser un factor importante para mantener la longitud de los telómeros. y potencialmente aliviar algunos de los síntomas asociados con el autismo. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre estas intervenciones y la longitud de los telómeros en personas con autismo.

Si investigaciones futuras confirman esta relación, podría tener implicaciones importantes para la desarrollo de nuevos tratamientos para el autismo. Por ejemplo, las terapias destinadas a promover hábitos de vida saludables podrían ayudar a preservar o restaurar la longitud de los telómeros y mejorar los resultados para quienes padecen esta afección.

Si bien los telómeros se acortan naturalmente a medida que envejecemos, existen varios cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a ralentizar este proceso y mantener una longitud saludable de los telómeros. A continuación se ofrecen algunos consejos para prevenir el acortamiento de los telómeros:

1. Haga ejercicio con regularidad

Se ha demostrado que el ejercicio regular es beneficioso para mantener una longitud saludable de los telómeros. Los estudios han encontrado que las personas que realizan actividad física con regularidad tienden a tener telómeros más largos que las personas sedentarias. Intente realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.

2. Consuma una dieta saludable

Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y fuentes de proteínas magras puede ayudar a promover un envejecimiento saludable y mantener la longitud de los telómeros. Por otro lado, las dietas ricas en alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares añadidos pueden contribuir al acortamiento acelerado de los telómeros.

3. Manejar el estrés

El estrés crónico se ha relacionado con telómeros acortados, por lo que encontrar formas de controlar el estrés es importante para mantener una longitud saludable de los telómeros. Técnicas como la meditación de atención plena, los ejercicios de respiración profunda y el yoga pueden ser estrategias efectivas para reducir el estrés.

4. Duerma lo suficiente

Dormir lo suficiente es esencial para la salud en general y también puede desempeñar un papel en el mantenimiento de una longitud saludable de los telómeros. Trate de dormir al menos siete horas cada noche y trate de establecer un horario de sueño constante.

5. Evite las toxinas

La exposición a toxinas como el humo del cigarrillo, la contaminación del aire y los pesticidas se ha relacionado con un acortamiento acelerado de los telómeros. Minimizar la exposición a estas toxinas siempre que sea posible puede ayudar a mantener una longitud saludable de los telómeros.

Al incorporar estos cambios de estilo de vida en su rutina diaria, podrá ralentizar el proceso natural de acortamiento de los telómeros y promover un envejecimiento saludable con el tiempo.

Resumen

La correlación no es igual a la causalidad. El hecho de que los individuos con autismo tengan telómeros más cortos que los controles no significa que los telómeros acortados causen autismo. También es posible que otros factores contribuyan tanto al acortamiento de los telómeros como al desarrollo del autismo.

El vínculo entre la longitud de los telómeros y el autismo es un área de investigación intrigante que puede arrojar luz sobre la Mecanismos subyacentes del trastorno.. Se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre los telómeros y el autismo y determinar si la longitud de los telómeros puede usarse como biomarcador del trastorno.

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Referencias:

1. Longitud de los telómeros y trastorno del espectro autista dentro de la familia: relaciones con la cognición y los síntomas sensoriales.

‍2. Acelerado acortamiento de los telómeros en respuesta al estrés de la vida

3. Longitud de los telómeros y privación social severa temprana: vinculando la adversidad temprana y el envejecimiento celular

4. Telómeros acortados en familias con propensión al autismo